Perspectiva de la Kinesiología
La actividad física y el movimiento son esenciales para el desarrollo integral de los niños. Desde la mirada de la kinesiología, promover un estilo de vida activo desde la infancia no solo favorece el crecimiento físico, sino que también potencia el desarrollo cognitivo y emocional. A continuación, se presentan algunas estrategias clave para fomentar el movimiento en los más pequeños.
Importancia del Movimiento Temprano
Desde el nacimiento, los niños manifiestan una necesidad innata de moverse. El movimiento fortalece músculos y huesos, mejora la coordinación y el equilibrio, y es fundamental para un desarrollo saludable. Según la kinesiología, iniciar la actividad física desde una edad temprana ayuda a establecer hábitos positivos que perduran a lo largo de la vida.
Estrategias para Fomentar el Movimiento


- Crear un Entorno Activo:
Los espacios donde los niños juegan deben ser seguros, accesibles y estimulantes. Incorporar áreas al aire libre con juegos que inviten a correr, saltar y escalar es crucial. La kinesiología sugiere que un entorno que promueva el movimiento libre favorece la exploración y el aprendizaje motor. - Incorporar Juegos Activos:
Utilizar juegos que integren movimiento, como correr, saltar la cuerda o jugar a la pelota, hace que la actividad física sea divertida y espontánea. Tanto los juegos estructurados como los no estructurados permiten desarrollar habilidades motoras mientras los niños disfrutan. - Modelar Comportamientos Activos:
Los adultos son modelos a seguir. Participar en actividades físicas junto a los niños, como paseos en bicicleta, caminatas o juegos al aire libre, no solo refuerza la importancia del ejercicio, sino que también fortalece los lazos afectivos. - Promover la Diversidad en las Actividades:
Introducir una variedad de deportes y actividades físicas permite que los niños descubran lo que más les gusta. Desde la danza hasta las artes marciales, cada disciplina contribuye al desarrollo de diferentes habilidades motoras. - Establecer Rutinas de Movimiento:
Incluir momentos de actividad física en la rutina diaria, como jugar antes de las comidas o realizar pausas activas durante el estudio, facilita la integración del movimiento en la vida cotidiana. - Fomentar la Autonomía:
Permitir que los niños elijan cómo moverse y qué actividades realizar les otorga un sentido de control y motivación. La kinesiología destaca que la autoeficacia es clave para el desarrollo de hábitos saludables.
Beneficios a Largo Plazo
Fomentar el movimiento desde la edad temprana genera beneficios que trascienden la infancia. Los niños que adoptan hábitos activos son más propensos a mantener un estilo de vida saludable en la adultez. Además, la actividad física regular está asociada a una mejor salud mental, mayor concentración y mejor desempeño académico.
Conclusión
Promover el movimiento y la actividad física en la infancia es una responsabilidad compartida entre padres, educadores y la comunidad. Desde la perspectiva de la kinesiología, fomentar un estilo de vida activo no solo impacta el desarrollo físico, sino que también sienta las bases para un bienestar integral a lo largo de toda la vida. Invertir en la actividad física desde una edad temprana es, sin duda, una de las mejores decisiones para el futuro de nuestros niños.
Fuentes:
- American Academy of Pediatrics: Artículos sobre la importancia de la actividad física en niños.
- Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Guías sobre actividad física para niños.
- Organización Mundial de la Salud (OMS): Recomendaciones sobre actividad física en la infancia.
- Revistas de Kinesiología: Artículos académicos que abordan el desarrollo motor y la actividad física en niños.

- Sandra Gajardo Pedreros
- Kinesióloga
- Escuela Especial Rucakuyén