Cuando hablamos de emociones, solemos pensar en las más conocidas como la alegría, la tristeza, el enojo o el miedo. Sin embargo, el mundo emocional es mucho más amplio y complejo. Las emociones son reacciones que surgen según nuestro conocimiento, experiencias previas y la forma en que nos relacionamos con el entorno. La intensidad de esas emociones depende de cuánto se ve afectado nuestro bienestar personal. Por ejemplo, un adulto puede enojarse al encontrarse con un semáforo en rojo si va con apuro, mientras que un niño puede sentir lo mismo si se le cae un juguete que valora mucho.

Clasificación de las emociones
Existen distintas formas de clasificar las emociones, pero en esta ocasión nos enfocaremos en tres categorías principales: emociones negativas, positivas y neutras. Es importante destacar que este tipo de clasificación no se refiere a que una emoción sea “buena” o “mala”, sino al tipo de experiencia subjetiva que produce.
1. Emociones negativas
Las emociones negativas generan sensaciones desagradables o nos hacen percibir una situación como dañina. Ejemplos comunes incluyen el enojo, el miedo o el asco. Aunque puedan parecer difíciles, estas emociones cumplen una función importante en nuestro desarrollo emocional. Para profundizar en la importancia de educar emocionalmente desde la infancia, te invitamos a leer “RELEVANCIA DE EDUCAR A PARTIR DE LAS EMOCIONES”.
2. Emociones positivas
Estas emociones se asocian con estados agradables, como la felicidad, el amor o la gratitud. Suelen tener una duración corta, pero son fundamentales para nuestro bienestar emocional. La música, por ejemplo, puede ser una herramienta poderosa para despertar este tipo de emociones, como se detalla en “¡Descubre Cómo la Música Transforma las Emociones de los Pequeños!”.
3. Emociones neutras
Las emociones neutras, como la sorpresa, no se sienten ni agradables ni desagradables. Su función es permitir la transición hacia otras emociones, ayudando a modular nuestras reacciones según la situación. La sorpresa, por ejemplo, puede conducirnos tanto a la alegría como al temor, dependiendo del contexto. Si te interesa cómo los niños y niñas pueden explorar estas emociones en entornos creativos, no te pierdas “Expresión de Emociones a través del Arte”.
Todos sentimos distinto
Cada persona reacciona de manera distinta ante una misma emoción. Mientras algunos niños pueden reaccionar a la frustración lanzando objetos, otros pueden simplemente llorar. Esto ocurre porque la forma en que sentimos y respondemos está directamente relacionada con nuestras experiencias anteriores: nuestra historia emocional. Es decir, ante una nueva situación, nuestro cuerpo y mente responderán automáticamente en función de cómo vivimos una experiencia similar en el pasado.
Las emociones están siempre presentes y comprenderlas desde pequeños es fundamental para formar personas emocionalmente sanas. Como educadores, familias y cuidadores, el desafío está en acompañar este proceso desde el conocimiento, el respeto y el afecto.
📚 Referencia:
Educación Chile (2024) Gestión Emocional en la práctica Educativa: Diseñando Estrategias Efectivas. https://www.educacionchile.cl/cursos/curso-online-y-presencial-gestion-emocional-en-la-practica-educativa-disenando-estrategias-efectivas

- Lissette Oviedo Oviedo
- Profesora en Educación Diferencial
- Universidad San Sebastián
- Profesora Especialista Escuela Especial Rucakuyén