El desarrollo de la motricidad fina es clave en la primera infancia, ya que cumple un rol fundamental en el aprendizaje temprano de los niños. Esta habilidad debe trabajarse desde muy pequeños tanto en la escuela como en el hogar, porque involucra el control de los músculos pequeños de las manos y los dedos. Gracias a ella, los niños pueden realizar tareas tan importantes como abotonarse la ropa o tomar correctamente el lápiz, apoyándose en actividades como el uso de la bandeja de sémola, el punzón, las tijeras o el modelado de masas.
Este tipo de trabajos permite un mejor control del lápiz, facilitando la coordinación necesaria para formar letras y dibujos con mayor precisión. A medida que los niños crecen, van experimentando diferentes formas de agarre: desde el uso de toda la mano hasta alcanzar la postura correcta y más cómoda para ellos.
Para apoyar este proceso es importante que tanto en casa como en el aula se fomenten actividades que fortalezcan los dedos y las manos, como por ejemplo: jugar con plastilina, usar pinzas, enhebrar cuentas, recortar con tijeras o dibujar sobre distintas superficies. Todo esto contribuye a estimular de manera lúdica el desarrollo motor infantil.
Si quieres conocer técnicas específicas que acompañan este proceso, te invitamos a leer la nota “Motricidad Fina en Niños: Conoce las Técnicas de Apuñado y Rasgado para el Desarrollo Infantil”, donde se explican ejercicios prácticos y sencillos para reforzar estas habilidades.
Desde el área pedagógica de nuestra escuela, recomendamos a las familias acompañar este proceso con paciencia, evitando forzar posturas y permitiendo que cada niño o niña avance a su propio ritmo. El juego, la exploración y la repetición diaria son herramientas clave para lograr un adecuado dominio del lápiz en esta etapa tan significativa del desarrollo escolar.
Y si te interesa cómo este proceso se conecta con la escritura, no dejes de revisar también “Grafomotricidad: La Importancia de la Escritura y el Dibujo en la Edad Preescolar”, donde exploramos cómo estas habilidades se potencian entre sí.
- Roxana Oñate M.
- Educadora diferencial.
- Escuela de Lenguaje Rucalaf.
