Realizar experimentos en la primera infancia es muy importante en su desarrollo porque permite a los niños y niñas aprender explorando el mundo que los rodea, de manera activa y significativa.
Desarrollan la curiosidad y el pensamiento científico
Los experimentos desarrollan además la curiosidad y el interés por aprender, ya que los niños pequeños son naturalmente curiosos y esto les permite observar, preguntar y descubrir por sí mismos. Así también, favorecen el desarrollo del pensamiento científico, pues a través de la observación son capaces de comparar, predecir y sacar sus propias conclusiones.

Estimulan el lenguaje y la comunicación

Un punto relevante para nuestros niños y niñas es que a través de estas actividades estimulan de manera integral el lenguaje y la comunicación, expresando sus ideas, dando sus opiniones y describiendo distintas situaciones. Los niños y niñas de educación parvularia aprenden a expresar lo que ven, sienten y piensan durante la experimentación y exploración, ampliando su vocabulario y capacidad de expresión.
Promueven el trabajo en equipo y la convivencia
Sin olvidar que los experimentos promueven el trabajo en equipo, el respeto por las normas y, al trabajar en grupo, los niños aprenden a compartir, escuchar y seguir instrucciones paso a paso. Fomentar estas habilidades es fundamental, ya que el éxito en estas pequeñas tareas fortalece su seguridad. Si quieres profundizar en este aspecto, también puedes leer nuestro artículo “7 Maneras de Construir una Autoestima Fuerte en la Primera Infancia”, donde encontrarás más estrategias para potenciar su confianza.
En conclusión, realizar experimentos en la primera infancia no solo significa enseñar ciencia, sino que también desarrollar habilidades claves para el pensamiento, la comunicación, la convivencia y el aprendizaje integral.

- Nayaret González Burgos.
- Docente en educación diferencial.
- Escuela de lenguaje Rucalaf.