El juego es una actividad esencial en la vida de niños y niñas. La Real Academia Española lo define como la acción de jugar por entretenimiento, pero su valor va mucho más allá: el juego genera felicidad, estimula la imaginación y es clave en el desarrollo integral infantil.

De hecho, está reconocido como un derecho fundamental en la Convención sobre los Derechos del Niño: “derecho al descanso, esparcimiento, al juego y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”. Esta declaración refuerza la importancia de proteger y fomentar el juego, especialmente en la primera infancia.

¿Por qué es tan relevante jugar?

Entre los 3 y 6 años, jugar no es solo diversión: es una herramienta natural para que niños y niñas comprendan el mundo, desarrollen su identidad y fortalezcan sus vínculos afectivos. Según CEDETI-UC (2020), cuando los pequeños juegan acompañados y felices, se sienten más seguros, lo que favorece el desarrollo de sus funciones ejecutivas y estructura cerebral.

Además, el juego simula experiencias de la vida adulta, como negociar, establecer normas o trabajar en equipo. Por eso, es considerado una estrategia clave en el aprendizaje, tal como lo exploramos en El Juego como Herramienta Clave en el Aprendizaje Preescolar: Beneficios y Estrategias, donde se detalla cómo el juego conecta el contenido curricular con experiencias significativas.

¿Qué condiciones favorecen un juego enriquecedor?

Para que el juego sea realmente beneficioso, el Ministerio de Educación (2023) señala que deben existir ciertas condiciones:

• Seguridad afectiva
• Autonomía
• Respeto
• Espacio, tiempo y materiales adecuados para la creación y expresión

Lo que el juego potencia

El juego permite a niños y niñas:

• Calmar miedos: quienes no juegan, no pueden entregarse al mundo de la imaginación.
• Construir su identidad: el juego favorece el autoconocimiento y el reconocimiento de sí mismos en relación con otros.
• Controlar la agresividad: especialmente en juegos de lucha simbólica, donde aprenden a medir sus acciones.
• Comunicar y empatizar: deben atender a lo que sienten y piensan los demás.
• Desarrollar el lenguaje: lo que influye directamente en la adquisición de la lectura y escritura.
• Tomar decisiones: los escenarios imaginarios exigen resolver problemas, elegir caminos, pensar y actuar.

Estos beneficios se abordan también en La Importancia del Juego en el Aprendizaje Infantil: Conoce los 2 Tipos Clave para su Desarrollo, donde se analiza cómo distintos tipos de juego aportan a diversas áreas del crecimiento infantil.

Etapas del juego según el nivel educativo

Los Principios Pedagógicos del Juego (2023) explican cómo varía el juego en función de la edad:

• Nivel medio (3-4 años): predomina el juego simbólico, con roles e imaginación que ayudan a comprender su entorno.
• Nivel transición (5-6 años): se fortalecen los juegos colaborativos, que promueven la convivencia, autorregulación y aprendizaje conjunto. Esta dimensión lúdica se destaca también en EL JUEGO: LA MANERA MÁS LÚDICA DE APRENDER, donde se muestra cómo los juegos espontáneos y guiados enriquecen la experiencia educativa.

Un desarrollo integral a través del juego

En resumen, el juego es mucho más que entretención: es un medio natural y eficaz para que niños y niñas aprendan, se relacionen, piensen, se expresen y se desarrollen integralmente.

Bibliografía

• Ministerio de Educación. (2023). La importancia de jugar: una aproximación al significado de los diferentes juegos en la sesión de psicomotricidad educativa. Obtenido desde: LaImportanciaDeJugar.pdf.
• Subsecretaría de Educación Parvularia. (2023). Nota técnica: Principio pedagógico del juego. Obtenido desde: Nota-Tecnica-Principio-Pedagogico-del-Juego.pdf.
• Fundación Cifrep. (2021). Dejen que los niños jueguen. Obtenido desde: “Dejen que los niños jueguen” – The Guardian.